el SUR-sub (fragmentos, VII)
“Desamparado tú, que me amparabas
cuando buscaba piezas tenebrosas…”
“De tanto comprender lo inaccesible,
me brota un árbol negro entre los años.
Y me siento vencido como el niño
que juega con mujeres espantosas.”
“Ven, dame la mano.
¿Qué mano?”
JUAN EDUARDO CIRLOT
La Dama de la Muerte Viva
Renace,
Y este es mi Padre,
A su lado-
¿Quiénes eran?
Carecen de manos y pies
Para nombrarse compañeros-
El perro que me guarda
Ladra las alas de las nubes
En las almas que pasan
Como tristes collares grises-
Del mismo modo
Adolecen
De pies y manos
Las nubes del Otro Canto
De la vida muerta,
Y de la seca palabra
En la arena-
Nadie a su vez
Las recuerda-
Son como Nos-
Comen como Nos-
Hablan como Nos-
Llueven como lloran-
Ladran por ti,
Compañero ángel-
Hormigas amanecidas
Recolectan espejos,
Tu péndulo, añicos,
La herida de tu sien,
Compañero hombre,
y sigue sucediendo
El ciclo de las disoluciones
Cuando el grillo o la cigarra
Cantan los días de tus noches-
El rumor de lo sido
Presente
Aunque detrás de-
Ya nadie en la nada
Se ausenta por ti-
El mapa que tapa el mundo
Levita entre capas
Que cubren la nada-
El aire abrasa
Cuando las nubes faltan-
La no-vida solloza
En la mujer de la tierra muerta
Que camina a mi lado,
Llamándome-
ME TOCA LA MANO-
Gime, mastica el musgo
Entres rocas arrodilladas,
Bajo la niña de la estrella muerta
Que camina a mi lado-
ME LLAMA NO-
En el yermo de la nada,
Manos informes
Nombran, señalan
El Sur de tu Sub-
De la mano
En lo sin,
Mi no ser sustantivado
DesALMA tu carne
En las disoluciones-
CorazoNADA-
¿Hablás?
Hoy pasearemos de la mano-
Pasaremos de largo y dentro-
Dinos qué mano qué senda,
Quién nombra,
Compañero sin compañero sin-
Cuadro,
Redondez,
Te reconozco-
El orgullo de ser brizna
Te devasta-
Asíme, Agote, Cagot,
Y luego
Toma de la boca de la mano-
Lo hemos perdido todo,
y pasearemos felices en lo no-
Dos continentes tres fingidores
-la unidad rota, a salvo-
Contenidos en lo nunca-
Si el bosque pétreo,
En la llama helada,
No crece,
No hay Cruz sino cruces
Entre la vida y la muerte-
En la hora señalada,
No soy tú
Sino tu no-
A tu izquierda no-
A tu derecha no-
Al fin te encuentro,
Angel mío,
Vertical a la nada,
Mientras quemas
Tus horas salvajes
Entre nubes solas,
Entre rotas olas-
Las alas son rejas-
Se secan las algas-
Las bodas de Sin Canaan
Dondo el roto mar en calma-
Panes sin dones-
Las nadas-con
Que beso en la pared,
Reescrita redondez
Que se ahonda
En la espiral de la ausencia-
Nadie hay.
En la hora señalada,
Recibo la carta cartaginesa
De ceniza e irresoluciones-
La llama de la ausencia
En la llama del poema-
De tu carta imposible
De color y olor,
Comí color y olores, Irene-
Otra vez real
La maleza humana-
Viva misiva-
Muerte misiva-
Muerte viva-
Celebraron las nupcias
Cuando disparé mi alma-
Sin del cieno y sí,
Tú del cielo sin-
¿Recuerdas el Pasodoble,
Sus tiempos simples?
¿Recuerdas el sin-lugar,
Lo-nuncal, Estrella?
Su café-
Su coñac-
Su gesto de no
y nunca nada ni-
Su espera,
El disparo-
La enésima lectura,
Creí que brindarían
Un bienestar a los rincones
Cuando me miraste, Estrellita,
Ante el espejo,
Y sigue sucediendo
Al Sur de la muerte-
Al Norte de lo no,
Me observa mi niña/hoja-
Cuando la tristeza presta
Venga y venza,
Vengará
Sobre la hierba roja
La sangre,
Inscripta en la piedra
Con tu caricia, Estrellita,
En la carencia-
La nube que aúlla el perro,
Agustín-
El nombre que señala el péndulo,
Estrellita-
El disfraz con rostro humeante,
Betê-
El alma que refleja el cieno,
Belle-
El movimiento del rey muerto,
Antonio Block-
La integridad de mil trozos
Cada uno
Respecto al otro
Fiel a
Los tramos de sus trozos,
A sus trazos destrozados-
Versos en mente-
Versos mienten
Versus Nada-
Otro bardo otro averno
Otro bosque de nubes
Otra batalla de estratos y flores-
Indagué cuando no,
Quién era la dama
Que deriva en el río,
Como la flor
En la sombra del pantano
De mi mano-
¿Quién canta sí?
Perdonadla-
Tuvo sed de ser
Entre zoom y bambalinas-
Bebió de tu maNO, Bestia-
Bebió de lo no-
Recé que llegara
Y no llaga-
Nos cincela
En la arena
Su retorno sin
En las olas-
La carta como el vaso,
Corrientes,
Sin letras naufragará
En el río-
Escruta en el fondo,
Los Peces de la escritura-
Algas vivas que mecen
La muerte viva,
La vida perdida-
Donde bosteza el nenúfar
Recordará el milagro,
Las algas vivas que mecen lo muerto
Que anduvo bajo las aguas-
Hermanas,
Si los barcos de nuestro padre
No hubieran naufragado,
Existiría el Mar-
El dolor amarillo,
La página
Que abandonó-
Negra como la letra
Que apenas reconozco-
Duele sin alas,
Compañero hombre-
Duelen tus números
Consecutivos,
Pierrot del cielo sin-
¿Ángel del Hombre, estás enfermo?
La lánguida espada al alma
Duele como el cielo sin LA,
Compañero Nuncal-
Tu padre llora en el desierto
Por el arma de tu alma-
¿Por qué creer en las larvas,
En el poder del humo,
En la partida de ajedrez?
¿Por qué creer la nada-link?
Las alas alistaban
Sus bordes quemados-
Paisaje sin forma
En la LLAMAda-
Obvio que la entrega
Desesperada al vórtice
No fue causa sino consecuencia,
Derivadas
Múltiples y únicas
Cual hojas tiene el árbol
Que podo de tus ojos,
Porqueriza mágica-
No era necesario creer-
Luego de aquel
Diálogo,
Nos hablamos
Por vez primera,
Aterrorizados-
La Gaviota, nuestro hogar, cayó en desgracia, como yo que apenas existo. Es mi culpa: yo, mi abecedario, lejos de mí.
Escribí cada noche, cada noche-sin. Escribí lo no. Así de por vida, sin mi vida. Era la noche que habló. Fui la noche. Era algo. No hablaba. Apenas amanece. Apenas si hay letras que digan lo que no aconteció, y sin embargo dijo.
Ahora entiendo la perspectiva del derrumbe, la mudez. Un continuo. La no-lectura diurna, ante los otros, resultó desoladora, divisoria, sin acceso a la comprensión del verbo, mientras caminaba de la mano de mi hija muerta que deambula hoy junto a su padre muerto que vagó por esta tierra que caminará sin ella, vereda obviamente mortal. Una historia sin historia. Un rostro sin rostro. Una voz-sin. El cuerpo hundido entre las briznas de hierbas donde todo comienza, y nadie.
Ya no hay tiempo, y sin embargo es la Hora.
Pronto celebraremos su primera comunión. Gustaré la sombra y su sonido de furia en las aguas bautismales. Asistiré, pero no me verán a su lado.
Lo sé: la posibilidad es el Salto a ninguna parte que conociera, anunque soy.
La Creación pisa la creación. Florecen las nadas salvajes, sus galas fúnebres, sus algas, sus alas. Nada. El sonido previo al inicio donde nunca es lo siempre.
A veces, abecedarios en los vencejos tiritantes, paseamos -qué recuerdo- sin manos por la Berlín Alexanderplatz, junto a los hombres huecos y solos; a veces, discutíamos la última batalla de la muerte -la inicial- ante el ajedrez, a orillas del mar roto como cera, o quemábamos mis ojos cerrados al matar la parca. Danza en el castillo que nos espera y delata, candelabros al sur de la maNo.
Me asombra cómo dispara osada en mi sien -una vez más, inocente cuando nadie es inocente.
Ladra el Perro que devoró todos los tiempos. No hubo acción ni tema.
Yo descencía -como el nomundo manda- encarnado a la luz de su cama crisantemo. Sé que NO, y le digo y le digo y le digo.
Uñas sucias de elefante ante el espejo roto donde le rompo la espalda a mi hija maga.
Estaré a tu lado sin ser visto, lo sé, sin ser, sin verme.
La Gaviota ha caído en desgracia para que tú emerjas sin nacer, Estrellita, a la viva muerte de tu padre ciego, éste que nos lee.
Escribí cada noche, cada noche-sin. Escribí lo no. Así de por vida, sin mi vida. Era la noche que habló. Fui la noche. Era algo. No hablaba. Apenas amanece. Apenas si hay letras que digan lo que no aconteció, y sin embargo dijo.
Ahora entiendo la perspectiva del derrumbe, la mudez. Un continuo. La no-lectura diurna, ante los otros, resultó desoladora, divisoria, sin acceso a la comprensión del verbo, mientras caminaba de la mano de mi hija muerta que deambula hoy junto a su padre muerto que vagó por esta tierra que caminará sin ella, vereda obviamente mortal. Una historia sin historia. Un rostro sin rostro. Una voz-sin. El cuerpo hundido entre las briznas de hierbas donde todo comienza, y nadie.
Ya no hay tiempo, y sin embargo es la Hora.
Pronto celebraremos su primera comunión. Gustaré la sombra y su sonido de furia en las aguas bautismales. Asistiré, pero no me verán a su lado.
Lo sé: la posibilidad es el Salto a ninguna parte que conociera, anunque soy.
La Creación pisa la creación. Florecen las nadas salvajes, sus galas fúnebres, sus algas, sus alas. Nada. El sonido previo al inicio donde nunca es lo siempre.
A veces, abecedarios en los vencejos tiritantes, paseamos -qué recuerdo- sin manos por la Berlín Alexanderplatz, junto a los hombres huecos y solos; a veces, discutíamos la última batalla de la muerte -la inicial- ante el ajedrez, a orillas del mar roto como cera, o quemábamos mis ojos cerrados al matar la parca. Danza en el castillo que nos espera y delata, candelabros al sur de la maNo.
Me asombra cómo dispara osada en mi sien -una vez más, inocente cuando nadie es inocente.
Ladra el Perro que devoró todos los tiempos. No hubo acción ni tema.
Yo descencía -como el nomundo manda- encarnado a la luz de su cama crisantemo. Sé que NO, y le digo y le digo y le digo.
Uñas sucias de elefante ante el espejo roto donde le rompo la espalda a mi hija maga.
Estaré a tu lado sin ser visto, lo sé, sin ser, sin verme.
La Gaviota ha caído en desgracia para que tú emerjas sin nacer, Estrellita, a la viva muerte de tu padre ciego, éste que nos lee.
*"agote, cagot"
Antonio López Medinilla
Antonio : estremecedora poesía, que llega partiendo al medio toda sensación de cordura.
ResponderEliminardesde Argentina
Antonio, voy poco a poco, pero ya ha prendido en mí la "sonoridad musical de la palabra" de tu palabra, y de las imágenes que se aúnan con ella,
ResponderEliminary gracias muchas, por ponerme en tus alas, yo en cuanto vuele, jejeje, lo haré,
Abrazo en "arrecife de ti, del no de mí" y en cualquier sitio
k
Ágil fachada, larga sombra. Un complejo escalón de acanalado cuerpo muy por encima del clásico blog: Metal precioso, luces sin neón, abundancia de tiempo para peinar las ondas de Estrellita Castro sin rizar el rizo. Se agradece tu trabajo; maná que mana, que funde y hunde, que proclama y ama, se saborea y alborea el
ResponderEliminarsol
re
si
duo.