Hay que vigilarme
Cada mañana al despertar-
Me asesina en los espejos Mí-
Aires cortan Aires-
Buenos o malos-
Sajan lo yo-
Cuanto adviene
Se anuncia luctuoso
O irrisorio-
Viento del este
Y gris de niebla-
Tacones de fábula-
Estrella no recuerda-
Irene olvida-
No quieres más hijos
Pero quieres más versos-
Ur al Sur, y no soy
Lo que debo-
A tu Señal,
Sueño nuestra partida
Del hogar al hogar
Sin hogar, Padre-
La misma enfermedad
Nos hizo-
Recita, Hijo,
La canción de cuna
En los tejados-
¿Realmente has muerto?
Te pareces tanto-
¡Dios,
No vayas con ella!
Un bosque de de/dos
Como bocas te comen-
Nadie es definitivo-
Trunco y sucio
Me quieres
Mientras me alimento-
Y esa es tu culpa,
El infierno en los otros,
El abismo como ojos
En la raíz del cristal:
El Lago no te refleja-
Sí, ahora todo es invisible-
Vean qué engaño-
Hay veces que de los cristales,
Hay veces que del temor
Entre los lápices rotos
Se detiene y rumia
El verso final-
Aunque es básico
E injustificable-
¡No eres un hombre!
Mágico es-
Perdón por no ver
El hombre que mora
En tu propia sombra
par-pa-de-an-te
En la cruz de URbe
Y regocijo-
Querida, qué fue
De la vida en los otros-
Si he de sanar,
He de remendar
Telas en lo impalpable-
Estás curada, hermana Parca-
Su mano, pústula
De sanidad-
Prejuicio sin orgullo-
Tus visitaciones, Piedad,
En el andamio
Antes del Salto-
Pero es falso-
Estoy conforme-
Riela al sur
Tu entraña sub, Gab-
¿Qué escuela eliges
En el fondo del mar?
Nada acontece
En el banquete-
¿Sentirás vergüenza por ello?
Y así el recinto
De flor enloquecida,
De plata incendiada,
No recoge el agua que le urge-
Florece un día y nos aterroriza
En el aroma de sus gárgolas-
En los campos/murmullos
Las imágenes
Que nunca fueron
De carne y hueso-
Cómo lo agradezco-
Bajo los campos,
Bajo lo bajo,
Sentado sobre el olmo viejo,
Rezando el sí a las nubes,
Y amaneciendo entonces-
Como yo
Como péndulo comes,
Cómo no
En lo No,
Venus que el nudo
Excedes-
Me fragmento-
Qué gran esperanza-
La misma enfermedad
Nos hizo ir-
Antonio López Medinilla,
sajando
el SUR-sub, X.
"realmente has muerto ", norte , sur, gab, irene
ResponderEliminarsigue con tus poemas hasta que desaparezcas
Sea, amiga. La Voz dirá el curso debido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Antonio, estos versos
ResponderEliminar"Y así el recinto
De flor enloquecida,
De plata incendiada,
No recoge el agua que le urge-
Florece un día y nos aterroriza
En el aroma de sus gárgolas"
cursan colisión
bajo agua se incendian
pasar a saludar y llevarme algo bajo los ojos
lo mejor para vos en este comienzo del 2008
Lilián
Lilián, no sé si cursa colisión bajo las aguas, pero sí sé que "me" cursa agradecimiento doble: como lector tuyo, vuestro, en Meridiana; y como autor de estos fragmentos que van rozando maldiciones.
ResponderEliminarUn abrazo, compañera.
Antonio Medinilla
II
ResponderEliminarYo me he asomado a las profundas simas
de la tierra y del cielo,
y les he visto el fin o con los ojos
o con el pensamiento.
Mas ¡ay! de un corazón llegué al abismo
y me incliné un momento,
y mi alma y mis ojos se turbaron:
¡Tan hondo era y tan negro!
(G.A. Bécquer)
... tan hondo era y tan negro.
Un abrazo con aromas del Sur.
... X
"la noche de cristales de aire blanco
ResponderEliminaratraviesa el palacio transparente,
la roca de las rocas de fulgor,
en medio de la calma que respira.
Del infinito centro de sus ojos
el árbol de las llamas resplandece,
y la dorada rueda de las aguas
levanta su cabeza con dulzura;
del abismo de plata que abre letras.
Y las coronas nacen de la sangre."
JUAN EDUARDO CIRLOT ("el Palacio de Plata")
M., al final de la permutación, volvemos a la imagén del corazón y el pozo.
Abrazos, amiga, al sur de sub la.