A un gesto de su mano,
Estaré dispuesto-
No estará sola
En la morada que recorre-
Las piedras
Abren y cierran ojos-
Todos los poderes
Son acentos-
Los gestos palimpsestos,
Finalmente dedos,
Revelan su existencia-
La ceniza absorbente
Que no justifica las horas-
A la luz de estos hechos
Rotos,
Al vaivén de las olas
Blancas y solas,
La degradación
De mis hermanas en la Corte
(muerte viva –gimen,
que el duque del silencio –reiteran-
hoy no recibe)
Y los barcos hundidos tajan
La noche subacuática y palaciega-
Padre, me tiembla
La barca que no encuentro-
El alma que enumero-
Porqueriza,
Me conformo
En la espiral
De una rosa callada-
Puedo olvidar así
El saltamontes del Señor
Que arrojás a mis ojos:
El verso que más temo
Donde menos dije-
Bajo las aguas,
Olvidar la tierra baldía:
El chacal que leí-
En la electricidad pavorosa,
Te manifiestas sobre un ramal
De serpientes marinas-
La alternancia de colores
Como rosario de alientos-
Peces los versos y las galas,
A veces sueño con muertas
(contigo que eres ellas)
Entre mundos
Afligidos y paralelos-
A y ante bajo cabe
Con contra de y desde
Un final equívoco-
Violados violines
A la orden de tu voz
Tintan el tomo abierto
De mi mano
Como esmeril de negación
En lo inmóvil de la letra-
Tapa rústica y cifrada-
Hasta hacia por y para
Preposición de cualquiera-
Aún escalo escalas,
Donde canta la nada
Entre tus párpados humanos,
Compañero ángel-
Tu falda real, maga-
Tu dulce deformidad, monstruo-
Jalonan el yermo-
Transite en círculos,
Encantada-
Así que no me dé la mano-
No tienes mano-
Salga-
Estaré dispuesto-
No estará sola
En la morada que recorre-
Las piedras
Abren y cierran ojos-
Todos los poderes
Son acentos-
Los gestos palimpsestos,
Finalmente dedos,
Revelan su existencia-
La ceniza absorbente
Que no justifica las horas-
A la luz de estos hechos
Rotos,
Al vaivén de las olas
Blancas y solas,
La degradación
De mis hermanas en la Corte
(muerte viva –gimen,
que el duque del silencio –reiteran-
hoy no recibe)
Y los barcos hundidos tajan
La noche subacuática y palaciega-
Padre, me tiembla
La barca que no encuentro-
El alma que enumero-
Porqueriza,
Me conformo
En la espiral
De una rosa callada-
Puedo olvidar así
El saltamontes del Señor
Que arrojás a mis ojos:
El verso que más temo
Donde menos dije-
Bajo las aguas,
Olvidar la tierra baldía:
El chacal que leí-
En la electricidad pavorosa,
Te manifiestas sobre un ramal
De serpientes marinas-
La alternancia de colores
Como rosario de alientos-
Peces los versos y las galas,
A veces sueño con muertas
(contigo que eres ellas)
Entre mundos
Afligidos y paralelos-
A y ante bajo cabe
Con contra de y desde
Un final equívoco-
Violados violines
A la orden de tu voz
Tintan el tomo abierto
De mi mano
Como esmeril de negación
En lo inmóvil de la letra-
Tapa rústica y cifrada-
Hasta hacia por y para
Preposición de cualquiera-
Aún escalo escalas,
Donde canta la nada
Entre tus párpados humanos,
Compañero ángel-
Tu falda real, maga-
Tu dulce deformidad, monstruo-
Jalonan el yermo-
Transite en círculos,
Encantada-
Así que no me dé la mano-
No tienes mano-
Salga-
Antonio López Medinilla
sajando
el SUR-sub,X
sajando
el SUR-sub,X
A través de tu espejo de palabras, cada uno ve su propia imagen distorsionada. Su monstruo.
ResponderEliminar... X
Como Midiam, la ciudad de los monstruos. Donde todos lo son, nadie lo es. Y el aire mece esta subjetividad que nos salva del gran tedio.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga, en la deformación que nos conforma y abraza.
Antonio.