21/6/08

el SUR-sub, XI (primera parte)




el SUR-sub, XI

(primera parte)







Espadas, las
CampaNADAS
A la espalda-

Claro que hubo camino-
Camino y no me ves-

Desparezco sin ojos-

Camino en silencio,
Y me oigo sin-

No camine en silencio-

Camine el silencio-

La luna desaparece-
La vida tirita: es lícito-

Abrí los ojos-
Cerré los ojos-
Amanece y anochece
Dentro de mí-

Soy mi eclipse,
Silencio y camino-

Mi no-

Me hablás
Como crece el musgo
En la sombra,
Por humedad y hambre-
Cuando no, sí-
Cuando sí, no-
Calendario-

Rezamos toda la tarde,
Dentro de la noche-
Éramos noche-

Éramos no-

Anocheció de repente-
He herido
Al sol implacable-

Mito arriba mito abajo
Reconozco el cuadro-
No me reconoces-

Equis luces,
Y poco más, bastan,
Mi loba sin vida-


Apenas 43 golpes
No me apenan,
Pero bastan-

Del dolor al dolor,
Olvida el Dolor-

Otro yo-
Lo nunca yo-
Lo no, en otro-
Lo otro, no-
Yo,
Sin otro-

LA sin mí
Es sino,
Y calla
Si halla-
Si ME DI
Si NI YA-

La distancia-
Nombrar la ausencia:
Besar la ropa
Desgarrada, Belle,
En la roca que te roza
Como yo no puedo
Recordarte-

Mi tiempo: nunca-
Mi amor: no-

Precisémoslo:
NO
NUNCA
YO.

Clamor de hierros y cascos,
Tremor que no acallo
Ni encarno-
La batalla afortunada
Que arañó la nada-
Aunque ahora observe
Las aves,
La avenida
Donde me hablás,
Herida en el siglo otro-

La iglesia te alza
Cuando el mar retrocede-
Una espadaña de carencia
Atisba cantos rodados
Distintos y necesarios-

No hay canto-

El dulce veneno
De la sierpe en noir,
Su espada vertebral-

¿Comimos lo intocable?

Prosigo en silencio
Por la arboleda
Mordiendo la manzana
Que nunca da su palabra-

Y todo porque
Respira la Rosa, oh sí,
Y no sugiere el aroma-

Hueles mal, obrero-

Conócete a ti mismo-

¡Qué vergüenza!

La palabra no dice nada de cuanto olvidamos; silencio de mil fragmentos que apenas se recuerdan: razón suficiente para girar, maculados, en la periferia, buscando los eclipses.

Disperso
Entre raíces inmensas
Y cristales rotos,
Mago,
Tu imago de no y nunca
Pero siempre ELLA-

Señala
El milagro
Del árbol de luz,
La mano que no,
La fruta que nunca,
La zarpa que
De la ausente rama calla,

y mentidme por piedad-

Transitan
-sí de mi no-
Buscando
LA/árbol/era-

¡Pena!
La manzana
Ya no es un fruto-

-¡Sólo un brinco, animal!

No des un paso más-
La ira de cuanto llega
Roza la tristeza
De cuanto va-
Anudar ambos caminos
Es imposible-

He aquí La
Teratologica Dama que
Des/oriente-

Leer y beberte-
Besarte,
Restaurar la rosa,
Y que seas Otra-

Bajo la Bestia,
Ella,
Bella,
Como bestia-

Iniciática Estrella
Arroja su sexo-
PORTADA
Sin novedad-


Ur al Sur-
Ciudad
Dentro de la ciudad-
Se huye al mar
Dentro del mar-

Milagro-
Corre por tu vida -leyó.
¡Corre, por tu vida! -
dijo.

Sin expirar,
Inhalamos la Espiral,
Lo nunca sí-

Con/TEXTOS-

¿Inalcanzable duque
De las expirantes,
Hemos inhalado
Antes de tiempo?

-¡Por qué, muérdago,
Bajas del cedro!

No debe-
Suba
Nuevamente-

Lázaro,
Álzate y anda,
Despavorido-

Te tomo-

Temo la letra, Lázaro-

Espiral La Silenciosa,
Lo sabe y se acerca
Inútilmente en círculos-

Come su sangre
Y bebe su carne
En el libro
Sin su nombre-

Omoc oy yos
et omoc
omoc et
oma nis it-

Inversos,
Radiantes en lo no,

Entre los muertos
Te leímos
Sin felicidad-

Ante el voyeur
La exhibición desnuda
Ejemplifica
La indiferencia
Del mundo-

Ahora el cristal de la habitación en penumbras, la palabra expresa lo que siendo, no vimos. No oímos. La existencia descalza de tu palabra como una flor en la huella del pantano. Allí nadie camina.

El Sur es pasivo, como la Rosa, la prostituta: pétalo a pétalo, se desnuda, y se vende con facilidad, como todo paraíso. Somos tres. Pronto, religión.

Divisa el mar: alisa El Tiempo, roto y renovado en las olas de sus ojos. Quietud en la danza, y las olas en los ojos cerrados.

Disloco mi alma
Y observo
Lo que nunca es siendo,
Lo que el Verbo nombra
Ignorando mi rostro,
Lo que el Verbo talla
Ocultándome-

Alto y temido,
Igualmente herido
El cielo protector-

Mi máscara real
No me pertenece-

No me conoces, Antonio-

Semejante al silencio
Donde tropieza la voz
Y arde,
Llamas-
Llameas

Y acallas,
Alejándonos
En el escritorio
Donde cae el cielo
Entre animales-

Horas entre las olas
Del tiempo-
Siempre muerto,
Te invierto y despierto
En la nube sola-
Observo la torre
Alimentando peces-

El espejo de tu morada,
La puerta de tu habitación,
Me enumero-
Me mirás,
Me eclipso,
Me no-

La aldaba,
Como antes
Candado y perro-

Del cielo provengo -dice lo no.

Sinfonía:
Las sombras danzan
Golpeando los sellos-
El cordero sabe sin-

Del espejo
La vida venga y vaya-

¡Justicia!






Antonio López Medinilla



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