el SUR-sub, XIV
(tercera parte)
(tercera parte)
Ser o no ser
W. S.
Ser y no ser
J.E.C.
Doce metales
Ignoran los rasgos
Que nada revelan
Al Sur y Sub-
¿O es la mar floreciente
Bajo la roca,
Que alimentó a los suyos,
Como una tentación
Eternamente y bajo?
En vaivén
Las olas las
Con los ojos cerrados-
Marcada balanza
A la nada en
Lo que es y no es
Siendo-
Sin exclusión, mi no-
Detienen las estatuas
Su pensamiento,
Última la-
Única constancia
Del incendio,
Suavemente sin-
-Padre, te conozco: Res.
-Hijo, conoces NO.
Nuevamente ladrás,
Perro Mágico,
La escalada escalera,
Lapidada
Bajo el alto e incompleto
Tacón de nadie-
Tumultuoso eclipse
De impreciso origen-
Atado a la ternura,
A lo humánome-
Un nativo más, Medievo-
¿No ves lo no, mi La?
HUMO CREDO-
Los espejos o la hierba-
Todo te turbe-
Vergüenza de la roca:
No hay muerte, mortal-
lament(e), amante.
Sabes que dirá no-
¡No despiertes, Sapo!
No llueve-
No llaman-
Ardid de nieve
Para el talud en llamas-
Compañero ángel,
Frente a tu disolución,
No ha de ser
El último Sello
Quien repita la cuna
Celeste de las fugaces-
Seas un hombre,
Y apenas,
Y además otra sombra-
Cántame mi triste presente sin
Si por vos he perdido lo
Si por vos he
Disuelto los lazos sin-
Saná, zona azul-
El vencejo incesante
Al atarceder
Azotó lo azul la-
Impreso en la memoria,
En el olvido, por tanto,
El rayo que no cesa-
Para tu encuentro
Sólo aguardé
El silencio:
La Cueva-
¡Que nadie escape!
¡Que no me oigas!
Nace
El verso
Como uñas
De mis trozos,
Síes
Destrozados
Más allá ni-
Flores informes
Confortan mi landa-
Alabado seas
SIN
Todo lo personal-
Todo por nada-
Nadie huya-
No te oigan-
Me esfuerzo en
Imaginar las alas
Alzando las palabras
Que se codician
En el origen de
Este infierno-
¡Callá, por sin,
Por mi hambre!
No lo había decidido-
Ahora es irrevocable-
Peón, me enorgullece
Tu muerte entre las flores-
Me acabo de dormir,
Y aún sucede, hermana,
El bosque encantado-
Las aguas nos hablan-
Ahogada,
Te visten las algas-
Por qué. siendo lepra,
Batallábamos desnudos
En la ciega arena-
Quizá no batallamos-
Quizás no recuerdo
Nada del verso-
¿Desde dónde me hablás?
El sótano, largo y amargo-
Entre los dientes,
Si te nombro, huirás-
¿Mi Vida
refleja tu vida, Antonio?
La Otredad
Manifiesta una búsqueda-
Nunca el Encuentro-
Mi Sin-
Antonio López Medinilla
Sí, sólo es posible la búsqueda.
ResponderEliminarMi sin...sí...
ResponderEliminarAbrazo
Escalofríos y nebulosa en la razón. Esas algas que ahogan siempre me impresionan. Nunca sé si es una imagen (imágenes) que surge de los hechos o de la fantasía.
ResponderEliminarUn beso.
Lugar donde la voz (tu voz) es fragmento de un diálogo ineludible: el que habremos de mantener con el más íntimo de los pronombres.
ResponderEliminarSaludos, Antonio.
P.
antonio : como siempre , un remolino en mi cabeza y en mi alma , tu poema me centra en el ojo del huracán , bien Venido siempre a MI y amis palabras que son esquivas , cuando el silencio es más poderoso ante TI
ResponderEliminarEs lo que somos, Pura: el ir, el ir sin.
ResponderEliminar¿Vienes, estimada?
Ophir, mi no, tu sí, querida amiga.
ResponderEliminarArabescos y abrazos.
Querida X, las algas son y no son: no hay diferencia.
ResponderEliminarPor cierto, existe alguna manera de comunicarme con usted más personalmente (?). La intriga siéndome sí y no, me muerde.
Un abrazo, sea como sea.
Estas voces en diálogo y pronombre roto y esencial, salutan su visita.
ResponderEliminarNoli me tangere, salvo su honrosa sabiduría, maestro.
Antonio
Bruch, cuánto me alegra su retorno por estos lares. Silencio o no silencio.., al final en mi puerca perspectiva de obrerito poeta, sólo me queda la tristeza de no tener aún su libro entre mis dedos ojos, puñétera.
ResponderEliminarSu voyeur, Antonio.