10/6/10

El silencio de Estrella-





“el exceso de tinieblas es el fulgor de la estrella”
Georges Bataille



La Gaviota
, nuestro hogar, ha caído en desgracia, como yo, entre capas que cubren la nada.
Me escribí todas las noches, toda mi noche sin. Así de por vida, fui la noche que habló. Fui la noche. Era algo. No le hablaba al sol.
Ahora entiendo la urdimbre del derrumbe: un maldito engranaje cacofónico (a veces, venturosamente aliterado) no bastó al ángel sediento de silencios.

La no-lectura, diurna, ante el prójimo, resultó sombría, divisoria, mientras mi niña caminaba de la mano de su padre muerto que vagó en esta tierra que recorro sin ella, vereda mortal de abracadabras, inútiles todos.

Espirales, sólo los muertos saben leer. Silencio, sólo los muertos callan sus giros.
Ya no hay tiempo, y sin embargo es la Hora.
Pront
o celebraremos su Primera Comunión. Gustaré la sombra y su sordina de furia. Asistiré, pero no me verán a su lado.
Lo sé: la Posibilidad es el Salto a ninguna parte que conociera, aunque soy.
La Creación mancilla la creación, a fin de prosperar, entre nadas salvajes, sus galas, sus alas fúnebres, sus algas. El sonido previo al inicio donde nunca es lo siempre, y te recuerdo, Estrella, en ningún tiempo, mientras nacen las palabras que callo.







Antonio López Medinilla





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