© Flor Garduño, 1988
la palabra no habla
el niño ha muerto
calla en la zarza calla
en el cuello del señor
habla
labra nuestro dios
cuando arde
nuestro dios
de cuello blanco
el niño negro
señor blanco
negro
arde arde
arda la amapola
la sílaba de la zarza
el cuello
del silencio dentro
florece un
perro
amanece un
perro
negro
y blanco
nunca amanece
cuando yo amanezco
arde
el señor arde
sin color
que hable
de mí
el niño ha muerto
calla en la zarza calla
en el cuello del señor
habla
labra nuestro dios
cuando arde
nuestro dios
de cuello blanco
el niño negro
señor blanco
negro
arde arde
arda la amapola
la sílaba de la zarza
el cuello
del silencio dentro
florece un
perro
amanece un
perro
negro
y blanco
nunca amanece
cuando yo amanezco
arde
el señor arde
sin color
que hable
de mí
Antonio Medinilla
Qué desgarrante realidad... Excelentemente presentada.
ResponderEliminarHe visitado el blog y he sentido el impacto, de cuando existe gente que valora lo trascendental y es capaz de dejar de lado, la inmediatez cotidiana... la razón "de la sin razón".... Felicitaciones amigos. Han logrado, algo realmente original.
Graciela María Casartelli desde Córdoba Argentina
Se agradecen tus palabras, Graciela, desde el mismo centro abisal de este sur-sub. Antonio Medinilla.
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