30/8/20

de P S I C O L O G Í A





Son hechos, y duelen. Cuando la familia abandonó a Samsa, su salud rápidamente mejoró, comenzando a prostituirse. Psicología al fin lo amaba y cesaron los daños colaterales, de improviso. Rutilaba.
Al llegar al dormitorio, como cada noche, con los genitales retorcidos por el cansancio y el frío marino, volvía a desnudarse ante ella y entregaba su corazón de kuchen, como una gran bola de cristal que nieva según se incline.
Psicología lo escrutaba hambrienta, golosa, de arriba abajo, de abajo arriba, con su billete de cincuenta euros arrugadito en la mano, y con la boca llena de pastelitos y hombrecitos de pan, sonreía, orgullosa de su bebé devoto.
Desde aquellos encuentros ya turbios y lejanos, entendieron que cada día que pasaran juntos, sería el primero en esta antigua historia. A fin de cuentas, hablamos de vírgenes y ángeles.

a.medinilla

No hay comentarios:

Publicar un comentario