8/3/08

Cuestión de razas-










Disloco mis ojos
Y observo
Lo que nunca es siendo,
Lo que el verbo nombra
Ignorando mi rostro,
Lo que el verbo talla
Ocultándome-

Alto y temido,
Igualmente herido
El cielo protector-

Mi máscara real
No me pertenece-
No me conoces, Antonio-

Semejante al silencio
Donde tropieza la voz,
Llamas, llameas-
Nos alejamos
Hacia nosotros
En el escritorio-

Horas entre las olas
Del tiempo verbal-
Siempre he muerto-
Despierto
En la nube sola-
Observo la torre
Alimentando peces-

Por la luz,
La vida es pan
De color-
Sin luz,
La vida es no-

Rosal de la bestia,
La promesa de la muerte
En la veleta-
Dos planos, una ausencia-
Me escribe el viento-

¿Y si no se oyen?

El espejo de tu morada,
La puerta de tu habitación,
Soy-
Me mirás,
Me no-


La aldaba,
Como antes
Candado y perro-

Del no provengo -dirá.
,

De su espejo la vida venga-

¡Justicia!

Las siete de la séptima tarde -
Sí, Bestia,
Per visibilia ad invisibilia,
Escríbeme la boca-

Gestos
Para no verse inmaculada
En los números cabales-

Adán sin Eva sin-

¡Por todos los santos,
Qué te ocurrió,
Mi Señor,
En la espada!

¡Nauseabunda!

No es posible ser
Bestia sin Bestia-
Aunque la rosa
Trace su espiral
En las púas y pétalos-

De espaldas,
Algo de alguien
Transmuta
Por mi culpa,
Por mi grandísima culpa-

¿Algo de alguien
Se asemeja a esto?

La telaraña siempre
Es inesperada-
Nunca
Se adivina su inicio

Como el amor a
Bajo las aguas-

Roma es no,
Sobre todas las cosas:
Inversión, amor ni-


La primera bocanada
Anunció tus mohines, Belle-
La afectación tu frialdad sonrosada
Tus joyas los sucios huesos del deseo-

Donde la trampa del bosque
Aproxima sus manos que arden,
Creeréis muchas simplezas
Excepto a las siete
De cada tarde-
Él entonces susurra la noche
De su nombre gemelo,
Aunque dispar,
En el gran salón
Con la presteza de su raza
Y la viveza de la presa-

La gárgola, entonces,
Respeta a la niña
Que devora animales-

Cuestión de razas-

Omoc oy yos
Omoc al aitseb omoc-

Im res se on
Y adan ed it-


Cuestión de órdenes-des-

¿Marino, por qué tiemblan tus iglesias?

Alos nev-
Rama la ram-
Et oma baG,
Nis y on,
Olós se-

¿Espejo, por qué tiemblan tus reflejos?

Lo Sur es no
Y nada de nos-

Donde nadie,
Te pertenezco-


Yo libro libras libra-

Nosotros

¡ah, silencio!











Antonio López Medinilla,
sajando el SUR-sub, XI


11 comentarios:

  1. Señor Medinilla, acabo de pasearme, después de tantos días sin tiempo, sin ganas, sin "opio", y el reencuentro es como si "nunca nada ni"; es decir, como un regreso a la patria de las letras. Abrazo fraterno de "mi sin yo"

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  2. quise decir "pasearme por su casa Sur"

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  3. impresionante imagen. no tanto como lo que viene después. pero anticipa.
    por mi culpa, por mi grandísima culpa...

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  4. La Casa es su casa, señora Sagrario.
    Y ésta la puerta siempre de su habitación.

    Un abrazo.

    Antonio.

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  5. Gracias por tu visita, querida Gab.

    Pronto tendrás noticias.

    Abrazos míos y de tu tocaya.


    Antonio.

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  6. Y en el sueño de espejos, todo lo que nos negamos, se nos revela...

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  7. Antonio, de visita nuevamente luego de colapsos "virtuales" y Pc's hostiles, un placer quedarme en tus letras y en esas imágenes increíbles que subís

    La telaraña siempre
    Es inesperada-
    Nunca
    Se adivina su inicio
    Como el amor a
    Bajo las aguas-


    las sorpresas, las sorpresas

    Un abrazo

    Lilián

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  8. Sí, Pura, y esa negación es cuanto somos -la pugna por nombrar ese estado es la historia de un siglo que se alarga en la literatura que nos forma.

    Un abrazo, amiga.

    Antonio.

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  9. Un abrazo, Meridiana Lilián. En la telaraña inesperada, su Antonio.

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  10. Sosrev sut omoc em aitseb omoc.

    Soseb.

    X

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  11. Omoc aitseb ojed ut zaf ne im osrev nis. !Adreum¡

    Oyus,

    Oy, X, al des.

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