No doy dos
Ni dios
Ni adiós-
Impresentable tu decoro-
El lector solventa mi pecado-
Te vi sin
Lo inmutable,
Heráldica e intangible-
Asumo que todo
Movimiento
Convoca un crimen
En los m@res-
Mi querida Irene,
Yo no soy la puerta
Que se abre-
Silentes islas nombrándo-
SE
Donde nada nunca
ES-
Reencarnamos gaviotas
Sucias y chirriantes-
Tuvimos hambre
Y advertimos tus despojos-
La gloria no consta en las olas,
Aunque perviva en la quietud majestuosa
De tu aliento, inerme nadador-
Al fin reconocer,
Entre cenizas,
Que las algas danzan-
Como cualquier bestia,
Adoramos su sangre rosa
Y tememos las llamas
Que ha escrito-
Yo protejo las tórtolas
Que en tu escritura arden-
Cobijo las arañas
Que nadie dijo-
Antonio López Medinilla,
sajando el SUR-sub, XIV
Acabo de encontrar tu blog. Me gusta, seguiré viniendo.
ResponderEliminarVenga cuanto guste: está en su casa.
ResponderEliminarPor mi parte, visité el suyo:
¡Vaya viajes líricos-farmacológicos!
Mucha metralla experiencial para este viejo sureño.
Gracias por la visita.
Antonio Medinilla
Pez de sombra,
ResponderEliminarcobijas mis arañas.
(mil besos)
Besos, y gracias a ti por Todo, mares, peces y arañas.
ResponderEliminarSu amigo, Antonio.
"Y tememos las llamas
ResponderEliminarQue ha escrito-"
entre arañas y de ojos en ojos,
así vamos amigo, en sintonía.
sigo deleitándome con tus palabras
abrazo
Lilián
Y yo a la espera de cobijarme-ausentarme en las suyas, querida Lilián.
ResponderEliminarGracias, como siempre, por tu socorro.
Antonio.