Lo nadie, incapaz
De contener el aire
Bajo la roca
TembloRosa-
Un ángel junto a ti-
Lo siempre nos circunda-
Sucede ahora –
Ahora en lo nunca-
Aún ruegas
La grieta en el muro
(la roza la rosa,
la hierba en la roca,
la sombra floreciente)
QUE HAYA ALGUIEN AHÍ
¿Alguien?
Descúbrase-
Déme su mano-
La Otra Mano-
Abre el muro sus carnes-
Recorro la plaza-
Olas y alas me sostienen-
Las manos rotas
De los candelabros en círculo
Enfocan mi pavor-
Avanza, seas quien seas-
No hay nada que
Puedas hacer al respecto-
Tal vez decirme que
No estamos solos
y sin embargo-
La piedra blanda
Bajo el aire norte
La encarnas
Mirándome
En las ramas de los árboles,
Desde el rostro de la luna-
El viento seco de la hierba
Eras tú danzando
Bajo el aire de los suelos-
Escarbaré tu existencia-
Te esperaba
En este rincón del mundo,
y sigue sucediendo.
Antonio López Medinilla,
respecto a los Sures posibles.
Querido caballero Antónimo, señor de la Noche, tu mirada bajo la superficie de tu cráneo es lanza que traspasa toda adarga, lanza es que fulmina los "relieves como pensamientos"; has des-mundado el mundo para tu Mundo de lo no, por siempre compañero-Señor de los vestigios, por siempre un abrazo de mi "soy" para tu "eres".
ResponderEliminark
Mi querida Carmen, dilecta poeta, tan visible como invisible y siempre encarnada, cuanto dices me produce sonrojo, roja letra, rojo no sí siendo, y además otra cosa.
ResponderEliminarLa leo, siempre, lo sabes.
Abrazos de mirada-todonadadeloscielos.
Su señorito, Antoñito
(es así como sigo llamándome en mi pueblo).
Sol para su fogón, hermana.
Medinilla.
La belleza Es.
ResponderEliminarSigue sucediendo también en esta playa olvidada...
Feliz 2009
Feliz 2009, gran paso en este camino y sí, fue el conocerte, leerte, querida amiga.
ResponderEliminarUn abrazo, Pura, en sus m@ares.
Antonio