Nunca en la distancia
Se alejan las olas
De mis manos destrozadas-
Tu memoria de disolución
Abraza la orilla
Renacida en las alas
De las olas convocadas,
pero no hay nadie donde hubo-
Éramos, aunque cerca, lo nunca-
Éramos infantes-
Éramos crueles-
Éramos juegos, mis voces,
Mis viejos signos-
¿Por qué huyen de mis manos
Si una vez bebieron de mí?
¿Mis manos?
No han sido escritas para esto-
Asidas de las ramas desoladas,
Asidas de la piedra que nos dijo
El milagro de ver en el lugar de nunca,
Asisten a la Audiencia
Todas mis bocas, Padre,
Si bien tu Voz
Donde nacen las palabras
Que nadie dijo
Que cantan nada
Donde me disparan
Cesa ante el retorcido hierro
De mis manos lanzadas
Al vacío puente-
Todas las posibilidades,
Ninguna por tanto-
Un rosario negado
Donde susurran las aguas
Al Señor del Pantano,
Y las algas no
Si tembló el muérdago-
Hay un bosque
Que estuvo temblando, hermana-
Lejos y cerca, un ángel
Deshabitado en esta ciega
Ascensión a la nada-sur,
Insalvable e invisible
Camina a mi lado
Como alguien que llora
En las miradas
Celebrantes-
Los doce metales, sí,
Ignoran los rasgos del Sur
Que nada revelan-
¿O es el mar renovado,
Alimentando a los suyos,
Como una tentación?
En vaivén
Las olas de mis ojos cerrados-
Un marcado
Ascenso a la nada.
Ciegos, como yo
Llamo a la llama,
Insalvables,
Arrastran junto a mí
Los signos de tu nombre
Olvidado,
Tinieblas,
Donde el puente en llamas,
Donde hay libélulas
Donde nunca-
AR DA LA SIN
La mesa iluminada
No me pertenece
Bajo las piedras-
Nuevamente ladras,
Perro,
Otra escalada escalera
Bajo el alto e incompleto
Tacón de nadie-
Tumulto.
La espiral
Al sur de la SALA,
Es el inicio
Y redunda en el ciclo
Sin final-
Giras el metal
Tal cual es:
Nada o el Verso-
¿Por qué tu dulzura,
Nieve o candelabro,
No la heredan, Gab?
Donde nada la Hetaira,
Nadie venderá el mundo-
No-mundo.
Antonio López Medinilla,
sajando el SUR-sub, XIV
No-somos siendo.
ResponderEliminarSea lo no que te dice sí donde nadie nunca ni.
ResponderEliminarEn su sintagma, Antonio.