12/5/09

Calle-






El seco mar de tus ojos
Impide en la gesta de los pasos
Entrever las redes

Del extranjero extravío-

Yaces en paz
Y en guerra

Escribo la tú-

Ni salir a la superficie
De otras manos que
Llamen llamas-

El tremor que aísla
La dureza de tus aguas
Nos ablanda,
Moribundos tuyos-

La sospecha de no vernos
Ocurre de improviso-

Ciegos en todas direcciones
Sin ese modo y color
De lo latente verdadero-

Sé morir de palabra,
Compañera ángel-
Morir y venir-

¿Cuál tu dolor?
¿Qué tal tu color?
Volaré. volará
En mil pedazos negros
Por amor a
La múltiple boca
Del enigma
Que eras
Por los siglos de los siglos-
El cielo cayendo-
El cielo callando-
Cruzando la calle-
La calle siendo la
Acallada-

Rezamos en la verja-
Por ello respiramos-

Esto es lo que somos
Bajo la
Máscara, cáscara,
Espina esperando
El fruto sin,
Cuerpo de alma-

La infanta devorada
Lanza la flor-
El monstruo arroja la niña-
El mundo lancea un monstruo-
Todos flotan en las algas-

Hasta el infinito,
Tu misericordia
Como punto de fuga,
Hoja por hoja,
Minuciosamente
Arrojadas-

Mora donde otro,
Ánade ángel-
Compañera, nadie
y sin embargo-

Dentro de la espiral,
Cerco del centro,
Da su brazo a torcer
Por la ternura de un gesto
Que arroje los ojos
Que hablan sin mí
Bajo las aguas-

Marea mareas,
El ángel lejos,
El ángel cerca-
Si tu sí,
Si tu no-

Una vez
Limpió
Lo pez
El pie de
La hetaira-

Pero estabas sola
Como toda vida
En el mundo-


Antonio López Medinilla,
sajando el SUR-sub, XV









5 comentarios:

  1. Desconcertante poema, y en el fondo, bello.

    un saludo.

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  2. Es nuestro sino. Patearnos las calles (de la vida) hasta que se quiebran los tacones y te caes para siempre. A solas.

    (Antonio, vaya garfio rojo, cariño... que yuyu me da.)

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  3. Gracias por la visita y lectura, Pedro. Anduve por su chincolada: ese matrimonio blanco sobre negro es magnífico resumen de existencia.

    Un saludo.

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  4. Y es precisamente la soledad insoportable la que exige, tacón a tacón, la necesaria resurrección del camino. Si duele, es verdadero. Si duele, levántate y anda.

    El garfio rojo te piensa, sureña.

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  5. Estimado Antonio
    El poema me parece excelente, en especial por la carga de sugerencias combinada con una lírica extraña que me recuerda la música de Schonberg.

    Un abrazo

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