Que te condenes, aleatorio-
Pétalo a pétalo-
Las aves pasan, y callas-
Las aves cantan, y no-
Bajo la escalera,
Un soplo insignificante y mágico
Me invoca y te encuentra,
Ángel mío, despavorido-
Todo comienza
En la brizna de hierba
Que acaba en arcada
De color y patio-
Constancia de luz-
Considera la advertencia-
La Muerta no da sombra-
Genera un incendio perpetuo-
Se pronuncia mar,
Pero es nadie-
Todo lo color,
Y dolor la-
Sea así, arda
La sin-
Abrazas el árbol,
Y las hierbas cantan,
Libélula,
Lo erróneo
Del juicio
Entre animales-
No es indiferente-
Los bosques avanzan
En la sima sonora
Que anuncio desnudo-
Pasan de largo
Ramas y almas,
y sigue sucediendo,
sin mí, tan necesario-
Tal vez me despierte el ladrido-
Tan fiel
Tan hirsuta
Tan espada,
Apareada en la espiral,
En el ramaje de acres,
Te conozco, mi No-
Me tienes-
Pasa una nube-
Detienes-
Se inclinan las algas-
Te vistes, hermana-
¿Un retozo verbal?
Creo que
Realmente duele-
Oigo voces
Como antes pasos-
No me hablen entonces-
Dame tu espalda-
Que hable el sueño
Que todo pase-
Contaré las piedras en la mesa-
Te lo prometo-
El verso que más temo
Donde menos dije-
Holocausto de color
Aunque el semen sea blanco-
Antonio López Medinilla
La Libélula, una de las ciraturas más feroces, bellas y efímeras de la Naturaleza. Metamorfosis de tu canto.
ResponderEliminarMetamorfosis de su lectura. También eres libélula. Espero, amiga.
ResponderEliminar¿Quién sabe?, puede que sí.
ResponderEliminarLo juraría.
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