Deslizo la palabra
De luna oculta,
Y palimpsestos
Trenzan
Las estrellas-
Los besos de LA
Conforman las cloacas
De tu resurrección,
MagdaLA-
Territorio del pantano-
Estoy conforme-
Arrecife de ti-
Estoy conforme.
Estrella
En los rincones
De los ángulos claros-
Tu Oz de hoz,
Sin mi-
Cuanto hallo-
Entiendo que
Me defendería
De la misma muerte-
Pero es negro
Como yo,
Como LA,
Y da miedo-
También lástima-
Para mí,
SIN-
Para sin-
Sucede sin-
Es necesario-
Pasajera, primogénita,
Tu cabello se incendia-
Sin nacer he visto te-
¿Eres o disparas?
Una Cruz,
Im/posible
En lo posible,
Me cruza
El costado-
Alguien dice MAR
Y las aves alzan el vuelo-
Caen las estrellas-
Me abrazas
Y anochezco-
SUAVEMENTE NO, me dijo,
Como un pájaro triste-
.
Antonio López Medinilla,
de espa(l)das al SUR-sub, IX
pues me han gustado mucho tus serios juegos de palabras, rizos de ola que me hacían volver a pensar en la magia de los versos leídos.
ResponderEliminar¿eres o disparas?
ResponderEliminarheme punto ciego
blanco franco
Gracias, Gaia, por ese bucle de lecturas, y bienvenida al sur-sub.
ResponderEliminarAntonio
Querida Eleonora Requena, punto ciego y blanco franco para el tordo tintineante. Honras por su visita.
ResponderEliminarCon afecto, Antonio.
Ay, leerte al tiempo que suena el piano te deja el alma encogida.
ResponderEliminarUn beso.
X
Sabes, X, bajo la premisa-adoración de los pájaros tristes de Ravel, la pasión soterrada por el piano de Pilar Bayona y su estadía en una oscura Zaragoza pos-guerra, un joven Cirlot, afilando sus espadas-intuiciones iniciales, escribió un librito reciéntemente desenterrado: "Pájaros tristes". Libro inicial e iniciático, de una ternura y tintineo magistrales, un Cirlot disfrazado de Bécquer cubista dibujando música en los aires con sus palabras en bucle.
ResponderEliminarAl comentarme tu lectura a la par de las notas de Ravel y el estremecerte, me hizo ir allí, retroceder en el continuo espacio-tiempo donde soy y nunca estuve. A aquel salón donde Pilar encarnaba en sus dedos las aves y Juan Eduardo esbozaba en silencio perplejo los versos que volarían; sentados a su lado, usted y/o yo,
¿qué clase de trasmutación nos aguardaría?
Un abrazo, amiga.
Antonio.
¿Quién sabe en qué nos transmutaríamos? Tal vez en pájaro temblor de plumaje azul... o en sublime llama. ;-)
ResponderEliminarYo también te abrazo.
X
Finalmente es uno, X: ave en llama, si llamas.
ResponderEliminarAbrazos, querida amiga, ante el piaNo de su maNo.
Antonio
Estoy triste en mis ojos de silencio / porque nadie comprende este paisaje / ni recorre la noche hasta mi llanto.
ResponderEliminar(así son los árboles agónicos de Cirlot)
Citar a Cirlot es rozar el sonido de la verdad que nos pierde y fascina.
ResponderEliminarAbrazo en la espada, mi estimada escritora.
Antonio.
debo estar muy atrasada en lo poético porque no entiendo su manera de escribir...me desconcierta leer estas cosas...sobre todo considerando la excelencia de los acápites escogidos. Perdón por mi ignorancia, pero quería decírselo don Medinilla.
ResponderEliminarSaludos
Susana Lizzi