23/6/08

el SUR-sub XI (segunda parte)



el SUR-sub, XI

(segunda parte)







Por su luz,
Pan es lo eVidente
Del color como hambre-

Sin su luz,
La vida es no
En la arena ni-

Como sed-

Bebo hambre-

Se dice piedra-
Se impone nunca-
Se intuye no

En este pabellón-

Ni usted ni yo-
Sé huellas, secretos
Que la mar ampara
Y Diana oculta-

Rosal de la bestia,
La muerta
En la veleta-
Dos planos, idéntica ausencia-
El sur de las bestias donde
Escribe el viento
Actos bajo lo alto-

¿Y si no se oyen?

Las siete de la séptima tarde-
La ausencia no se ausenta-
Bestia, te citan:
Per visibilia ad invisibilia-

Muecas
Para no verla inmaculada
En los números errados-
Apenas un registro
De entrada y salida, Lázaro,
Desde la pasividad de su plaga-

Adán sin Eva sin
Mí, compañero sin compañero-

¡Pardiez,
Mi Señor,
Qué inicia
La espada rota
Que en las aguas
Me habla!

Te posibilitan-

No es posible ser
Bestia sin Bestia,
Aunque la rosa
Trace su espiral
En las púas y pétalos-

De espaldas,
Algo de alguien
Transmuta
Por mi culpa,
Por mi grandísima culpa-

¿Algo de alguien
Se asemeja a esto?

La telaraña siempre
Es inesperada-
Nunca
Presentimos su inicio
Como el amor
Bajo las aguas-

La primera bocanada
Anunció tus mohines, Belle-
La afectación tu frialdad sonrosada
Tus joyas los sucios huesos
Donde el deseo-

Cinco secretos dan pie-

El hogar
Es un bosque
Donde alguien aproxima
Sus manos que arden-

No me reconoces-

Creeréis muchas simplezas
Excepto a las siete
De cada atardecer-
Él nombra entonces su sombra
En el gran salón colgante-
Mediante la presteza de su raza
Y la humildad de la presa,
Engulle aves gemelas-

La gárgola, siempre,
Respeta al infante
Que devora animales-

Cuestión de rajas-
Ni Tierra ni agua ni aire-

Is omoc oy yos
Al aitseb emoc,
Im res se on
Y adan ed it-

Cuestión de órdenes-des-

¿Marino, por qué tiemblan las iglesias?

Alos nev-
Rama le ram-
Et oma, amad,
Nis y on-

¿Laico?
¿Cruz?
¿Dado?

¿Ladras?

¿Tiritas, espejo,
Si lo sur fue no
Y árbol de nos?

Donde no hay nadie,
Te pertenezco-

Libro libras libra-
Al fin libre solo salvado-

Nosotros-

¡ah, silencio en los huesos de las ratas!

Deláteme al método
De las disoluciónes
-ya no es mi cargo-
Pues vine a ti
Desnudo y en llamas
Para salvar
La vida de un muerto
Con el humo de llorarle-

¿Padre, por qué me has abandonado?

Nunca dije, Mortaja,
Lo no,
Ni el sí-
No dije nada-
No pedí tu mano
Sin mí
Que me envuelve
Bajo el lino protector-

Me acusará el ojo:
La inocencia con metales,
La niña que inquiere
El gesto abrasador de la respuesta-
Ante el ser humano
Los ángeles enmudecen-

Somos cuanto desconocemos-

Te ofrecí la boca del sur
Como te di la cruz del sur-
La salvación de las bestias
Que deambulan bajo la lluvia
Y ladran en la noche que nos roza
Que ahora soy el péndulo
Que busca las aguas ocultas-

Mira bajo tu almohada, Estrella,
Aquél que te habla
Y eres no-

La humilde brizna de hierba, compañera, acógela en tu bolsillo; pronto cubrirá el mundo de los abundantes, vestirá el mundo de los escasos, donde ocultamos todo el amor propio.


No mires para ver
Cuanto supe olvidar
En la hierba que nos ampara-

Es otra la llave, Hija de Dios-










Antonio López Medinilla


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