el SUR-sub, XI
(segunda parte)
Por su luz,
Pan es lo eVidente
Del color como hambre-
Sin su luz,
La vida es no
En la arena ni-
Como sed-
Bebo hambre-
Se dice piedra-
Se impone nunca-
Se intuye no
En este pabellón-
Ni usted ni yo-
Sé huellas, secretos
Que la mar ampara
Y Diana oculta-
Rosal de la bestia,
La muerta
En la veleta-
Dos planos, idéntica ausencia-
El sur de las bestias donde
Escribe el viento
Actos bajo lo alto-
¿Y si no se oyen?
Las siete de la séptima tarde-
La ausencia no se ausenta-
Bestia, te citan:
Per visibilia ad invisibilia-
Muecas
Para no verla inmaculada
En los números errados-
Apenas un registro
De entrada y salida, Lázaro,
Desde la pasividad de su plaga-
Adán sin Eva sin
Mí, compañero sin compañero-
¡Pardiez,
Mi Señor,
Qué inicia
La espada rota
Que en las aguas
Me habla!
Te posibilitan-
No es posible ser
Bestia sin Bestia,
Aunque la rosa
Trace su espiral
En las púas y pétalos-
De espaldas,
Algo de alguien
Transmuta
Por mi culpa,
Por mi grandísima culpa-
¿Algo de alguien
Se asemeja a esto?
La telaraña siempre
Es inesperada-
Nunca
Presentimos su inicio
Como el amor
Bajo las aguas-
La primera bocanada
Anunció tus mohines, Belle-
La afectación tu frialdad sonrosada
Tus joyas los sucios huesos
Donde el deseo-
Cinco secretos dan pie-
El hogar
Es un bosque
Donde alguien aproxima
Sus manos que arden-
No me reconoces-
Creeréis muchas simplezas
Excepto a las siete
De cada atardecer-
Él nombra entonces su sombra
En el gran salón colgante-
Mediante la presteza de su raza
Y la humildad de la presa,
Engulle aves gemelas-
La gárgola, siempre,
Respeta al infante
Que devora animales-
Cuestión de rajas-
Ni Tierra ni agua ni aire-
Is omoc oy yos
Al aitseb emoc,
Im res se on
Y adan ed it-
Cuestión de órdenes-des-
¿Marino, por qué tiemblan las iglesias?
Alos nev-
Rama le ram-
Et oma, amad,
Nis y on-
¿Laico?
¿Cruz?
¿Dado?
¿Ladras?
¿Tiritas, espejo,
Si lo sur fue no
Y árbol de nos?
Donde no hay nadie,
Te pertenezco-
Libro libras libra-
Al fin libre solo salvado-
Nosotros-
¡ah, silencio en los huesos de las ratas!
Deláteme al método
De las disoluciónes
-ya no es mi cargo-
Pues vine a ti
Desnudo y en llamas
Para salvar
La vida de un muerto
Con el humo de llorarle-
¿Padre, por qué me has abandonado?
Nunca dije, Mortaja,
Lo no,
Ni el sí-
No dije nada-
No pedí tu mano
Sin mí
Que me envuelve
Bajo el lino protector-
Me acusará el ojo:
La inocencia con metales,
La niña que inquiere
El gesto abrasador de la respuesta-
Ante el ser humano
Los ángeles enmudecen-
Somos cuanto desconocemos-
Te ofrecí la boca del sur
Como te di la cruz del sur-
La salvación de las bestias
Que deambulan bajo la lluvia
Y ladran en la noche que nos roza
Que ahora soy el péndulo
Que busca las aguas ocultas-
Mira bajo tu almohada, Estrella,
Aquél que te habla
Y eres no-
No mires para ver
Cuanto supe olvidar
En la hierba que nos ampara-
Es otra la llave, Hija de Dios-
Antonio López Medinilla
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