el SUR-sub, XV (III)
Se hunden las islas
De tus besos
Y enlazan
Bajo las aguas
Olas y ramas
De unidad irrevocable-
La ciudad es un mar esmeralda-
Nada la turbe en la cruz esmeralda-
Nos alejamos como hogueras
Asidas de la mano-
El cielo cayendo-
El cielo callando-
Cruzando la calle-
La calle siendo
Magia encarnada la-
¡Tibios, no!
¡Al Este, éste,
este sol de LA,
parte y parto!
Letra a puerta,
El verso
Todo llama
Aunque queme
Mi nombre ángel,
Mar adentro-
LAS CARTAS:
-Soy
la iguana.
-Yo,
quien se abre.
Salvas en las propias llamas
lo alma la puente,
En las propias salvas
Que desarmas-
La segunda guerra
De las bestias y los ángeles
Atraviesa tu boca-
Por el camino
Se abren y cierran rosas-
Ladrás-
Amanece un árbol-
Por mi grandísima culpa,
A pesar mío-
(lenguas vivas, dos coatíes trepan la savia herida del árbol cuando el grito advierte el asalto, el vuelo del hambre febril que escriben las uñas en su carne, mi hembra es la ofrenda del hombre encorvado de la enseñanza, es una cicatriz que lamo junto a dos animales, bestial limpidez, mi boca es sangre que apenas leo, no es necesario leer cuando ella amanece ensangrentada al Este, en el parto de los montes)
Sé
Morir de palabra,
Compañera ángel-
Morir y venir
A mi nacimiento-
Rezamos en la verja-
Por ello respiramos
luces y cruces Desde el tiempo
De los tiempos-
LAS CARTAS:
-¿Cuál tu dolor?
-Cual tu color.
Érase una vez,
Sólo una vez,
El universo solo,
Su victoria
En el micénico arte
De lo nunca alcanzado-
Fue al borde del mar,
Atravesando las olas
Sin el mar-
Fue antes del viento
y la sangre de los árboles-
BELLE:
-Érase una vez
aquello que ya nunca es.
¡Nunca más sin mis armas!
BÊTE:
-Sea sin.
¡Tu poder!
Demorándose con el alimento
Tras la ventana de sus ojos,
Tras el cristal
Escudo lo cotidiano
En la aborigen garganta,
Nombro su cuerpo
Y doblo mi espa(l)da-
Tu cuerpo de ramas
Altas en el nido-
La de LA,
Me aguarda
En el recodo del camino,
Animal de destino-
BELLE:
-Me llamas bruja
pero mi nombre es hogar.
BETE:
-Milagro naciente
de las aguas que emergen
del milagro gris
de la virgen gris,
renacida la.
(comienza a orinar la lluvia de septiembre, la observo en el nido del horno, no estoy solo pero tengo llagas, ¡al fin!)
(me entrega la obsidiana y se la devuelvo furioso, no era mi turno, alza larga su mano y del tajo certero aflora mi corazón latente, observo la fiebre de darlo, de darme, pronto está en su boca, mandato, mi mujer lo lame con su lengua bífida, los ángeles lo saben y envidian mi muerte, mi suerte, soy santo y también orino mi primera persona)
Hierro candente del
“Sí, quiero”
Me sanás amarillas llagas-
Barro, el molde
Que ladra
Tu narración implacable-
Ya no callas nunca,
Hechizada-
Fornico tu ánima
Y por 3 horas
Conversamos ovillados
En la orquídea prohibida-
Marea mareas,
El ángel lejos,
El ángel cerca-
Si tu sí,
Si tu no-
Todo sí:
La escritura enferma
Sana en tus aguas-
Desde la piedra arrodillada,
Arrodillados alzamos la voz-
Semen de isla sur
En el rojo noviembre de tus ojos-
BELLE:
-¡Tus dientes
me quieren!
Arrastrará su sexo entreabierto
Y dirá el lenguaje de las plantas
Donde la semilla canta
Que Bruja es su nombre
Y lamer de miel su hombre -
.
BETE:
-¿Viste a la perra
parir el árbol del conocimiento,
Estrella?
No tengo ropas.
ESTRELLA:
-¿Por qué me has abandonado,
Padre?
Lanza circular,
Espiral
De la página sola
Que fui, que eras-
¿Dos?
Almenar,
Morado
Claro en el bosque-
¡Inesperado!
Mueven negras-
Rozan ramas-
La necesidad de transparencia,
Otra página en blanco-
Mueven blancas-
Llamas negras-
Edad doble
De la pieza,
Quietud como lo fruto
Espera su maNo,
Fulge en el tablero roto-
Un bosque encantado
Levita-
Apenas se nombra-
Eros, tablero-
Arde si se nombra-
Combate lo solo sol-
Ramaje de venas-
(la indígena candente pare el sol al Este de mi estrella, me muestra todo lo rojo en la sangre roja de su vulva roja, mis ojos cuelgan de los árboles que amamanta, son una zona creciente de ella, soy Esa Zona)
BETE:
-Pobre hija rota,
no hay causa.
Hubo consecuencias.
¿Tu tristeza?
Tu tristeza no alimenta.
Ven y come
de mi mano.
BELLE:
-No me repugnas.
Roja en azul,
La roca de tu nombre-
La injusticia del hombre alimenta
La justicia de los bosques
En el resplandor
De la verde entrega,
Devorada a/LA-
¿Ves? Cada fugaz
Acaba-
¡Atrás, sombra!
Como de su mano tercera
Como la estrella de mar
Observa la luna llena
En el horizonte de cristal-
Siendo sí de LA,
La luz orienta
La distancia
A sus pies-
Levántate y cabalga-
Abro candelabros
Y el castillo es alga
Que restalla-
Jugo con olas
Del perfume del cabello-
Cada gesto,
Cada íntima geografía
De la memoria-
¿Fragmentaria o renovada?
¿Hacha o hecha?
¿Endecha o deshecha?
¿Suite o sutil?
Ser y Sin,
Mi hembra
Arrastra mi boca
Al fondo
Del lago,
Lo algo nos miramos
Comiéndonos el sexo
Sin resistencia al cielo-
Cada verso canta
Un trozo de tu espalda
Que ignora
Toda fragmentación-
Mi nombre no
Nombra nada
En la balanza
De este silencio-
Ella se apodera
De mi estrella-
Bendita sea
Mi suerte
En lo hondo
Y ángel,
En la palabra,
Bestia y tacto-
Liba libélulas-
BETE:
-Crecen las hierbas
en mi boca que alimentas.
Dentro de la espiral,
Cerco del centro,
Da su brazo a torcer
Por la ternura de un gesto
Que arroje mis ojos
Bajo sus aguas-
(su fe animal atraviesa mi espalda como antes, en la garganta del diablo, el señor de la carne fustigara la suya, escrita la piel en la mordida avanza, hay rosas peregrinas en la carne violenta, moradas violetas que escribo y lamo, líneas oscuras de luz en la tez alunada, un trozo de carne que no me es ajeno cuando mía es la mío, mecida y creciente como un inicio de niña marina en la brizna de hierba, en cualquier lugar del Santo Lugar, limpia, mi mujer se dirige al jardín. ¡al jardín! don de luz y pétalo)
PORDIOSERA:
-Crucificada
en la piedra arrodillada
en el musgo,
¿me citarás,
resurrecto humus,
en las dormidas ceremonias
de tu escritura azul,
en el puente
me citarás
donde el aliento sostenido
ante el mar de mi mano,
me citarás
donde el sonido agrieta
el cielo protector?
BÊTE:
-Sí, quiero.
Apesto a hombre.
BELLE:
-Miro los corderos.
¿A qué huele mi mano
Si cubre tu rostro, animal?
BETE:
-Huelo a escritura,
huele a encarnación,
alfa y omega,
huele a hembra en la roca
de las algas temblorosas,
huele a Zona,
huelo lo que nadie supo,
huele a la letra escarlata
en la tierra y las aguas,
huele a las raíces de la Torre ,
huele en lo verbo de LA,
huele terriblemente a mi esposa.
ESTRELLA:
-Padre, tengo hambre.
Naturaleza de la Palabra
En mi voz que tu voz alimenta,
Huele a cuanto huelo
Y sólo tú nombras.
Salvaje
Bajo las aguas
La que
Dentro de lo dentro
Mía y salva
Si come las hierbas
En mis rodillas,
Texto amador-
¡Ritual LA
palabra dada!
¿Cuál el mandato?
La casa se desnuda-
Sólo precisa un bosque
Y el gesto de su mano-
BELLE:
-Soy digna del amor.
¡Vení!
BÊTE:
-Bebe y come de mí.
¿Importa que entendamos
el dédalo que nos alimenta?
Permanente brujería,
En el humus del pantano-
¿Qué flor es ésta?
Y así vino
A reinar un yermo
Que florece-
¿Qué experiencia
debo cantar
para que hables
del inicio del fuego,
Compañero ángel?
(ante la amenaza, animal al acecho, enferma su garganta, y, digno esposo, golpeo mi cuello en el altar de piedra para transferirme el dolor, llaman a mi puerta, es el viento que arrastra nuestro mal al hogar de la selva, resurrecta anochece y abrazo su piel, su miel de vulvamar se abre del mismo modo que su pecho a mi mano , la tormenta cobija nuestro aliento en el clamor de los giros verdes y azules de la noche)
Hasta el infinito,
Tu misericordia
Como punto de fuga,
Hoja por hoja,
Minuciosamente
Arrojadas-
-No tenía rostro,
y sin embargo miró.
Supo ver la escritura
exhibida en un bosque.
CORO:
-¿Pudo ver o pudo ser?
ORO:
-¡Pudo!
Acabamos de morir
Y renacer en LA,
Para decirlo, Estrella-
Fuegos
De San Temor,
Marino,
Carta roja,
Y las arañas que
El sur no alimenta
Tejen nuestra cabaña
De hiladas piedras-
Quiromántica,
Jamás permitiré que veas
Lo mar de mis ojos-
No tengo ojos-
La mar sin tus ojos
En los ojos de mis ojos-
Así se hizo
El lar de tus ojos,
Quiromántica-
Espérame-
Inerte distancia propia,
Que los perros ladran
Y las olas alzan,
Acabo donde comienzas
A gemir el
Signo de LA
Vida en la piedra-
¡Qué vergüenza
sería vivirme sin ti!
(la carne que otras manos tomaran, ha de sangrar en la hora de nuestra hora como carne de maría pachamama crucificada, lo sé, bordaré mi hombría en tus piernas abiertas con la sangre de las aves en la hierba, oh letal, mortal de alas en tus alas, bestia de mi sombra en la hierba, animal de lo ángel bajo el orín del sol, lobo y sol bajo el amor, sé, sé, cómo desconocerlo en la semilla de mi boca teñida con la menstruación de tus algas si sello la zona en la piel del embrujo árbol, constancia de tus aguas en el tronco, mirá, vení, vencí, victoria, todos los dioses griegos y romanos detrás de sus mitos lánguidos defecan lejos del lugar señalado por la garra pedernal, apesto y cuánto al gran macho cabrío, victoria, bruja mía, en la cruz de tus hechos, pues santo oleré el hambre del bosque en el hombre, mírame no obstante, ángela maría, he sido niño en el horno, carne para la carne primigenia por el solo amor a la conquistada hechicera esmeralda, espadas y texto que encarnas, qué clase de literatura es ésta que salva el mundo en las heridas de tu sexo cuando a Jesús le arranco los ojos, ira, cuán inmensa, ni sus arcángeles caídos rocen tu pelo, alzarás iluminada mi corazón sacrifical que ofrenda tu garra de iguana, lo morderás al Este pariendo la bestia dorada, doncella en llamas en la roca bañada del pantano, cubriré tu carne con mi cuerpo cual manto palpitante, nadie ha de mirarte salvo mi verso, sí, acepto, el prado florece y sabes del amor de los ángeles, estoy viajando arrodillado en tu alma, nada te turba en la cruz de mi lecho, te baño antes de dormir la cabaña)
MI MUJER:
-¿Palabras?
Justas y necesarias.
Soy justa y necesaria.
BETÊ:
-Eres sincero
como un perro caliente,
hermano.
¿Azul micénico en este mundo?
Podría dártelo
Aunque es superfluo
Al sur de este bosque-
LA MIA NO
Antonio López Medinilla
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