"Con manos minerales y cuerpo de cristal retorcido
estoy en una casa humana"
JUAN EDUARDO CIRLOT
estoy en una casa humana"
JUAN EDUARDO CIRLOT
Detienen las estatuas
Su pensamiento,
Última la-
Única constancia
Del incendio,
Suavemente sin-
Piedra, no hay distancia-
Oro, sin poderes-
Pasan palabra-
Habito una casa humana
Que asalta el no-mundo.
-Padre, te conozco.
-Hijo, conoces NO.
La batalla es otra-
La espada es larga,
Se llama Arte,
Alguna vez símbolo,
Y arden donde no dijo
El exacto mineral-
Nadie
Donde crecen
Sin mí
Los
Solos sintagmas-
Las sordas vocales
Acalladas,
Compañera,
Intuyen mi ausencia humana-
Arcadia LOS
Tacones temblándome-
Camino y sí-
Se abren y cierran
Cruces, pétalos-
Constancia del mundo,
Cristales retorciendo
Mis brazos cavados-
Mejilla contra mejilla,
El origen del
Silencio
Habla en mi
Disolución-
Semejan iglesia
Los blancos cirios
De tus manos
En el humus,
Aunque nadie-
Un nativo más, Medievo-
¿No ves lo no?
HUMO CREDO-
Los espejos o la hierba-
Todo te turbe-
Sí, un ruego mágico,
Sed de más seré,
Miserere-
Misa del sí
Siendo sin,
Pliega las AlAs, siembra
La letra arrebatada,
y sigue sucediendo-
Estremece no ser tuyo
Aunque
-¡invisibles, venid!-
Celebran la gesta
De la estrella errante-
Paisajes del No Mundo
Abrasan mi hogar, e ignoran
El castillo
Que delata el sur bajo LA-
¡Cómo no alejarse!
Maldito nativo,
Ella aún canta
En el puente
En llamas-
¿Dónde eres,
En las ruinas
De tu rostro otro?
Antonio López Medinilla,
sajando el SUR-sub, XIV
*imágenes
JUAN EDUARDO CIRLOT
-DEL NO MUNDO-
poesía (1961-1973),
editorial SIRUELA
2 comentarios:
"Camino y sí-
"Se abren y cierran
Cruces, pétalos-
Constancia del mundo,
Cristales retorciendo..."
"El origen del
Silencio
Habla en mi
Disolución."
Recorro este Templo con la misma zozobra inicial. Sostengo el aliento, despierto.
Un mar - abismo infinitesimal, la cifra de tu Verbo, tan oceánico, tan preciso.
Antonio, Poeta Sacrílego, Poeta Redentedor, Poeta de tantas transversales. Tu Letra me invita a la mirada hacia adentro, y me encuentro.
Mis respetos, siempre.
Virginia.
Leyéndote el comentario, que me enrojece un mucho por excesivo, recordé ciertos parajes del Libro de Cartago de Juan Eduardo, el rito, la iglesia, la virgen marrón, el poeta arrinconado en su propio decir, la pregunta que fundó un tremebundo uniVerso: ¿eres realmente cartaginesa?
De mar a mar, mi abrazo, Poeta. Gracias, por tu cercanía, siempre.
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