Caminarás hacia la puerta donde Psicología te aguarda, gimiendo por algo pasado que ignoras, arañando en las paredes una caligrafía olvidada. Sabes que es imposible entrar en su habitación hasta que el ruido blanco no cese. Temblarás como un títere de ella, y tu mano abrirá la visión deseada, por fin, en el silencio. Qué olor.
—Pasa y desnúdate, Samsa. Has de saber quién no eres.
a.medinilla
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