el tonete
de la impudicia y la crueldad
qué bien te conozco, hermano mío
yo mismo
te arrancaría la lengua
con mis propias manos
en la última luna de octubre
en su último cuarto
bajo el enebro costero
pero me encuentras ocupado
sí, muy ocupado
como un nuevo rey portugués
contando las horas sin dueño
y las olas del paraíso
a.medinilla
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