Delátame al método
De las disoluciones
-ya no es mi cargo-
Porque vine a ti
Desnudo y en llamas
Para salvar
La vida de un muerto
Con el humo de llorarle-
¿Padre, por qué me has abandonado?
Nunca dije, Mortaja,
Lo no,
Ni el sí-
No dije nada-
Ni pedí tu mano
Sin mí
Que me envuelve
Bajo el lino protector-
Me acusará el ojo:
La inocencia con metales,
La niña que inquiere
El gesto abrasador de la respuesta-
Ante el ser humano
Los ángeles enmudecen-
Somos cuanto desconocemos-
Te ofrecí la boca del sur
Como te di la cruz del sur-
La salvación de las bestias
Que deambulan bajo la lluvia
Y ladran en la noche que nos roza
Que ahora soy el péndulo
Que busca las aguas ocultas-
Mira bajo tu almohada, Estrella,
Aquél que te habla
Y eres no-
La humilde brizna de hierba, compañera,
acógela en tu bolsillo;
pronto cubrirá el mundo de los abundantes,
vestirá el mundo de los escasos,
donde ocultamos todo el amor propio.
acógela en tu bolsillo;
pronto cubrirá el mundo de los abundantes,
vestirá el mundo de los escasos,
donde ocultamos todo el amor propio.
No mires para ver
Cuanto supe olvidar
En la hierba que nos ampara-
Es otra la llave, Hija de Dios-
Antonio López Medinilla
sajando el SUR-sub, XI