29/9/20

de T E M P E R L E Y




Éstas son las pautas a honestar, mi capitán, para sobrevivir en el reino prometido:

1. Acá, los amigos no existen, mi capitán, y de hallarlos, por milagro o insistencia, no se deberán compartir. No se entrega un tesoro imperial a un desconocido.
2. No reconocerá el nombre de su vecino, compañero, y si lo registra, será en vano e inservible en el hogar.
3. Nuestro reino no goza de memoria en el Nuevo Mundo. Nosotros, tampoco. No tenemos nombre. Rápidamente cambiamos nuestro acento.
4. Se toman o agarran sueños y enseres pero jamás se cojen. Ofenderemos.
5. Cuide por dónde encamina su honor de día y de noche, mi capitán. Son tentadores.
6. Acá no habita nadie de rostro conocido; deambulamos por un camino, anónimo e irreconocible, ajeno a nuestros ojos verdes e imperiales. Actúe en consecuencia.
7. Sinceramente, mi capitán, usted merece ser degollado. Evítelo.

Por su vida, compañero, atesore esta humilde prédica, y respete las siete pautas, como aquel oro en paño que nunca descubrimos. 

Atentamente, su contramaestre Y.



A.MEDINILLA

28/9/20

de EL LIBRO DE CARNE Y SEBASTIAN / inicio





Érase el mismo parque... pero éramos otros. Alguien sostenía mi mano, curvándose junto a un perro negro de un solo testículo, igualmente negra, y los árboles crujían, cómo crujieron, con las hormigas que soñaban a su reina esponjosa, como cada noche.
   Vimos al búho aparecer en tu cuello, en esta historia del parque, pero no fue sino un ángel premeditado bajo un esfuerzo sostenido. Algo de alguien se parecería a esto, eso o aquello, pero nadie oh nadie como tú; al anochecer, cuando el perro comenzó a ladrar a las mil polillas que bailaban bajo la luna azarosa, redondeándonos, y te dije oh sí, oh sí, mi amor, quiero más, más fuego, como en los tiempos iniciales.
   Pero era otro muy distinto el parque creciente en ese momento, y tú y yo no fuimos aquellos que solíamos ser, sino tú, yo y Sebastian, de la mano, los que mirábamos la noche sin tormenta... gozosa y sonriente bajo el cielo protector de su buena estrella.
   Y todo, todo lo escrito, mi cielo, carne mía, fue la verdad vivida esta vez y para siempre, en la noche interminable. Lo juro, sobre este libro.


*

(una lectora torrencial)

aceptó el pacto del autor

aceptó que este libro
era de carne y hueso

y corazón doble
y un perro

o dos



A.MEDINILLA


25/9/20

de EL SUR-SUB




El orden mágico de
las bestias del cielo y la
tierra se invirtió.

TiniéblaLA-

No me pertenece
donde mi sombra,
la mesada iluminada.

Leyenda de orín
que sólo creerás
cuando me lean.

TiniéblaLA-

Ventana abierta.
Qué calma.

Ventana blanca
para el mundo negro.




A.MEDINILLA




de LIBROS éditos : G R E T L











A.MEDINILLA






24/9/20

cuestión de aquellas emociones ~ XLII


w a y   y o u   w r i t e


*








A.MEDINILLA

de P S I C O L O G Í A

 




Samsa coleccionaba gusanos de seda desde la infancia, así como túmulos de frases hechas para huir de las crisálidas inferiores y sus envites cotidianos, en busca de un sueño irreal. Hoy por ti, mañana por mí, mon amour. Hoy por ti, mañana por mí, cucaracha. Implicó un hecho estremecedor para cualquier insecto digno de su casta, desayunar cada día, invariablemente, con tamaña noticia en el catre, sin más aperos que las telarañas del sueño enunciado y persistente, y saber que no somos nadie, otro cliché, querido, no somos nadie sin la metamorfosis necesaria del niño interior hacia el hombre cucaracha. Pero no por mucho madrugar, ya lo sabes, te descucarachan antes, y menos aquí, en Praga. 

  Aquel sábado Samsa despertó al mediodía, irritable, oliendo a macho y a hembra. De aquel niño, no volvimos a hablar.


*


Samsa camina como cualquier insecto: desnudo y en silencio. De qué se asombran esta noche. Con el pico alzado penetra y avanza bajo su nido esmeralda, ardiendo, callando, perforando, saliendo y hozando. Qué olor a semen.

   Todos amamos a Samsa, menos él.



A.MEDINILLA

22/9/20

No gastar las grandes palabras ~ 7

 
























***

—No gastar las grandes palabras. Idiotita, nada más.

Tierra de nadie / Juan Carlos ONETTI 


de EL SUR-SUB





(un manto de flores rojas a bocanadas esmeraldas, la hamaca encarnada atando cielo en tierra, aparecida y apareada, bruja extenuada en la victoria de las hembras negras, abre las piernas en la noche, luna desamparada o luna amparada según el fulgor de la dulce herida, cueva de la bestial angélica, mía si sangro vocabulario, mía si desangro, mía si fue dicho)

A ELLA, ÉL:
Sé amar tu tierra.

Se arrancaba los OjOs
y ladró.

Ya orinaba.

¿No le pides nada a San Antonio?

¡Suyo y los 7 sellos del amor!

RITO:
Menstruada,
victimaria,
regalada,
bébase
en cuenco sumerio
la sangre de ambos amantes
sobre un altar
de piedra antaño marina.

Pudorosa telaraña que meciera
los caminos de un pobre destino,
el único que me perteneció,
un viaje a la hembra
níger y dulcísima.

Es poderosamente carnal.

Guía las palabras
escaladas
como ángeles
en la yedra.

Es olorosa, vino dulce.

Desando mi escalera,
dadme la tierra.

Es rosa, pavorosa.

Humilde en las oscuras
rige el orbe
y gobierna el lupanar
de mis astros furiosos.

Así se hizo. 
Así se hizo la piedra.

Gota a gota.


A.MEDINILLA

21/9/20

de EL SUR-SUB

 




—¿Qué ladraremos, mi amor,
para conmover el mundo?

—Amar lo que el mar
nunca amó en mí.

—¡Hasta ahora!

MADRE E HIJA:
—¡Padre y más!

Deviene en hogar
al amanecer del verso
múltiple y rígido,
la morada de de-dos,
ovulando fragmentos,
la enrAmada.

¿Vulva, acaso tu
olor no es mío?
Nací del gemido
de tus santos lugares.

—Debo mostrarlo.

SEA

—¿Mi posición,
Dama que orientas,
mi condición?

Fui el único
que nunca fue
hasta hoy.

Dime Sur o
dime éste,
dime 2.

—¡Uno son y hamaca!

CRUZ DE NAZARET:
¡Han resucitado!

Que hablen las aguas
Del matrimonio.

Que hablen las aguas
del olvido.

Que callen las aguas.



A.MEDINILLA


de C O M P A Ñ E R O

 



   —«Todos somos víctimas de un holocausto impreciso», usted lo escribió en su último poemario...
    —Exacto, flaca. ¡Buena memoria! Pero ¿en su casa o en la mía? El holocausto, digo. 



A.MEDINILLA


20/9/20

de A V I A N A






registro


mi música, estimada


mi azafrán sentimiento

mi coraza erizada

una hermana

un amante perfecto 

tantos años 


camino

camina


y observo

las contracciones del deseo 

en mis pasos resueltos


en la playa del cristo

en la hora turquesa

en el bosque encantador


si a la noche 

duerme azulada


a su lado 

bajo el signo de la cruz

3 mg

de cielo e infierno


sin amante

sin hermano


ah

el mismo signo de la batalla

desde hace siglos



A.MEDINILLA

19/9/20

de A V I A N A

 





imaginá mi acento 

imaginate el invierno


el sonido de la ternura

a la misma distancia


imaginá

la navidad del muérdago


y el verano del invierno

a la misma distancia

 

y el jazmín y el clavel

otra vez


qué espanto



+



sólo entonces


alguien alzará 

su mano


y seré todo 

de nuevo


ridículamente


suavemente 

sentenció



AMEDINILLA

de A V I A N A

 



soy un escriba


y por ello

me desnudo

y cambio de aspecto


tan odiosa

mente solo

en el barro


cuarteado

como la arcilla


fingiendo

que no recuerdo

el hogar de mi sueño


al sur intacto



a.medinilla


de A V I A N A




hoy llegué tarde

al amanecer

a lo que llamas azul


no soltaré

tu mano que crece


pronto me hablarás,

compañera


y calmaré tu vientre


como un manzano

al peregrino



a.medinilla 

18/9/20

de C O M P A Ñ E R O

(de instructivos)



escribe
como hables

y nunca hables
como escribas

evita la mentira, compañero



a.medinilla

de C O M P A Ñ E R O

 



(último taller mensual)

invertir los términos (la lógica) de un símil o comparación



(estado emocional)

tus palabras me dañan 

tus labios parecen espadas

tus labios como espadas



(la genialidad se aprende)

espadas como labios

aleixandre



a.medinilla

de C O M P A Ñ E R O



 

y la amas como un selk’nam

presente de indicativo


y la amas precolombina

presente histórico


como el aire que respires 

presente de subjuntivo


o no respires

cláusula condicional


el amor es siempre 

igual


pero el futuro, 

tan diferente



a.medinilla

15/9/20

de EL LIBRO DE CARNE Y SEBASTIAN




No quiero que los poemas hablen de mí sino de ti, contigo. Así se hizo el libro del mundo, y aún nos extraña.


a.medinilla