2/10/20

de P S I C O L O G Í A

 



Diluvia, a ráfagas, y se detiene de golpe la tormenta. Confundirás el sonido basculante de los contenedores de basura, seco, cortante y repetido, con los truenos lejanos. Leerás del mismo modo equívoco, y desnudo entre sus brazos, El infierno tan temido, nuevamente. 

   «Nunca he conocido un insecto más fiel a su conciencia —anotaba Psicología—, a su esforzada memoria en vano, a los turbios juegos del amanecer. El amor es un jugo de limón, mi cielo, y de incendios controlados».

   —Ven con mami, Samsa, ven al hoyito, mi bebé, y dime qué has quemado. 



A.MEDINILLA


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