Samsa camina
como cualquier insecto: desnudo y en silencio. De qué se sorprenderán esta
noche. Con su pico alzado avanza y penetra bajo el nido esmeralda, ardiendo, calando,
callando, perforando, saliendo y hozando.
Todos
amamos a Samsa, menos él. Pobrecito.
AMEDINILLA
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